La regla de oro para lograr exportaciones exitosas está en lograr que el producto llegue en las mejores condiciones al punto de venta; la calidad no es punto negociable al momento de querer alcanzar nuevos mercados, las reglamentaciones internacionales son estrictas sobre las medidas sanitarias y de inocuidad en los alimentos.
Es así que conservar la cadena de frío se convierte en un eje principal. Errores dentro de este proceso pueden llevar a perder cualidades de la fruta, proliferación bacteriana, deshidratación, variaciones en la apariencia, maduración anticipada y todo esto se resume en la afectación directa de la vida útil del producto. Incluso no cumplir con los requisitos exigidos por las autoridades de control puede llevar a la no aceptación de la exportación.
De esta manera contar con ambientes climatizados es vital para no poner en riesgo cualquier operación comercial; garantizar la temperatura es fundamental ya sea en refrigeración o congelación dependiendo el tipo de fruta, se debe considerar que cada cosecha es distinta en sus tiempos de maduración y así mismo sus necesidades de conservación. Contar con un óptimo sistema de refrigeración permite llegar a mercados internacionales y es pieza clave para la expansión exitosa de una empresa.
La adecuada planificación de un proyecto de frío puede ahorrar costos significativos en torno a la inversión inicial, gastos operativos y de mantenimiento, cumplimiento de estándares exigidos por normas internacionales y clientes potenciales. De esta forma la asesoría y el acompañamiento de una empresa con experiencia en cadena de frío toman fuerza en la culminación de un proyecto exitoso.